La Lucha por los Recursos Naturales
Por Lic. Carlos A.
Pereyra Mele
Publicado digitalmente:
1ro de octubre de 2006
En el número 4 de la
Revista Vértice de octubre del año 6, dos artículos plantean el tema del
Recurso Estratégico “Agua Dulce”, que se transformo ya no en un bien común de
la Sociedad global sino en un bien Estratégico.
Pero para establecer esta idea de los conflictos por el control de
los Recursos Naturales (Tierras, Energía, Agua y Biodiversidad), ahora todos
dentro de la categoría de estratégicos a nivel global. Debemos partir de el fin
de la lucha ideológica que enfrento al Capitalismos y el Comunismo, Liquidada
la bipolaridad con la caída del Muro de Berlín en el 89 y la implosión de la
Unión Soviética en el 91, las relaciones internacionales comenzaron a pesar más
por las tensiones geopolíticas que los criterios ideológicos. Y por ello quedo
expedito a nivel global el predomino una sola Súper Potencia Militar capaz de
mantener tres conflictos bélicos en distintas regiones del Globo terráqueo que
afectara “Su Seguridad” a la vez. Sin comprometer su capacidad militar, en este
marco EEUU bajo las administraciones especialmente de los gobiernos
Republicanos, pero también bajo el Presidente Clinton desarrollaron una
política de expansión de su complejo industrial armamentista tecnológico.
Vuelven entonces por sus fueros los criterios geopolíticos y geoestratégicos en
el análisis de las relaciones internacionales, esto se realizo bajo los
siguientes principios básicos de los “tanques de ideas” que luego gobernarían a
Estados Unidos de Norteamericana:
“Incrementar significativamente el gasto en defensa si queremos
hacer frente a nuestras responsabilidades globales hoy y modernizar nuestras
fuerzas armadas para el futuro. Fortalecer nuestros lazos con los aliados
democráticos y enfrentar aquellos regímenes hostiles a nuestros intereses y
valores. Promover en el exterior la causa por la libertad política y económica.
Aceptar la responsabilidad del papel exclusivo jugado por América en preservar
y extender un orden internacional favorable a nuestra seguridad, nuestra
prosperidad y nuestros principios.”
Al mundo de hoy lo podemos esquematizar así: Una globalización
severamente agravada por el unílateralismo de Estados Unidos, el mundo se está
dividiendo en cuatro niveles diferentes.
1. Nivel supremo. Supremacía absoluta (o casi) de EE.UU. 2. Nivel
de elevada autodeterminación. Allí se encuentran sólo la Unión Europea y Japón.
3. Nivel de resistencia. Ahí están China, India y Rusia, que tienen capacidad
de limitar la interferencia de la globalización en su propio territorio. O sea
tienen autodeterminación interna y muy limitada autodeterminación externa. 4.
Nivel de dependencia. El resto de los países.
En este marco es que debemos analizar los conflictos actuales y a
los futuros, es después del llamado 11S (atentado a las Torres Gemelas), que
EEUU lleva adelante lo que la misma administración declaro como “Guerra
Infinita” contra lo que unilateralmente declara Estados Malignos con su
definición de “Eje del Mal”. Para ello a establecido cerca de Mil Bases
Militares en alrededor de 180 Países e inicio dos guerras la de Afganistán e
Irak.
Con esta metodología Los EEUU intenta por consiguiente establecer
su permanente superioridad no solo Militar sino Económica y el fin ultimo, es
el control de Recursos Naturales renovables y no renovables, pues al tener el
control de los mismo, primero se asegura su provisión y segundo controla los
desarrollos de posibles competidores. Pero están surgiendo nuevos “Espacios
Continentales Económicos” caso de China, Rusia y es muy probable que India
integre ese Bloque Geopolítico próximamente, a los que debemos sumarle la Unión
Europea y Japón, que ubicarían a (China, Rusia e India) a nivel de elevada
autodeterminación como son los dos antes nombrados y no en el de resistencia en
que se encuentran en este momento. Y ello conllevaría al triunfo del
Multilateralismo sobre el actual Unilateralismo Global. (La Posición más
positiva para Argentina y sus Socios).
Creo que seria ocioso volver a destacar la importancia estratégica
del tema Agua Dulce, en el caso Argentino, que muy claramente analizan el Cnel.
Ferrer en las páginas 40 y 41 y del Sistema Acuífero Guaraní, Jorge Santa Cruz
en las Páginas 42 a
47 de la antes mencionada “Vértice Económico” Año 2, Nº 4.
Este análisis previo nos lleva a considerar la falta de capacidad
de pensamiento estratégico en Argentina (Publico y Privado), En el mundo
globalizado de nuestros días, contar con una visión de país de largo plazo
constituye un activo estratégico valiosísimo, ya que en él compiten las
naciones y las empresas, con acervos de capital de toda índole. En efecto, la
mayoría de los países que durante las últimas décadas han tenido las tasas más
altas de crecimiento económico y desarrollo son precisamente aquellos que han
contado con una visión nacional de mediano y largo plazo acompañada de las
correspondientes políticas de Estado.
¿Por qué mi preocupación? Porque coincido con el pensador Francés
Alain Touraine, en la hipótesis sobre cómo analizar los nuevos paradigmas del
mundo después del 11 de septiembre: “Estaríamos asistiendo al paso de la lógica
de la sociedad a la lógica de la guerra. La potencia hegemónica, Estados
Unidos, ha decidido no resolver más los problemas por la vía diplomática y por
el diálogo sino por la intervención y por la guerra, llevada, si fuera preciso,
a cualquier parte del mundo.”
Esta estrategia se enmarca dentro de la actual dinámica de la
globalización económico-financiera, que no quiere saber de ningún control o
regulación social y política. Exige campo abierto para hacer la guerra de los
mercados.
Esa lógica la podemos comprobar en casi todas las regiones del
mundo, también observamos que el despliegue militar de Estados Unidos es
coherente con estos enunciados. Esta hipótesis relativa a nuestra región y área
de influencia nos debe importar por los intereses en juego. Es necesario
analizar los hechos en un correlato de acontecimientos ya que en forma aislada
y fuera de contexto, parecen de escasa importancia, mientras que en conjunto
nos indican que la tesis de Touraine también se cumple aquí.
Si se permite -además- que los mismos desarrollen una dinámica sin
nuestro control, seguramente derivaran en acciones contrarias a nuestros
intereses nacionales y los del continente Suramericano.
Por ello, saber que el despliegue de unidades militares de USA en
Paraguay, con su Base en la Localidad de Mariscal Estigarribia, las Maniobras
“antiterroristas” efectuadas este año en ese País organizadas por el Comando
Sur de EE.UU., que están en la supuesta “zona conflictiva” denominada Triple
Frontera, con Monitoreo del Acuífero Guaraní y de un Estado “fallido” como
denominan algunos asesores del Gob. de USA, que es rico en Gas y Petróleo como
es el caso de Bolivia, debe en principio dar luces de precaución ante este
mundo en lucha por los Recursos Naturales.
Para tener una idea mas concreta de que estamos hablando algunas
cifras para tener en cuenta sobre nuestro Continente Suramericano: Tierras:
reservas cultivables en gran cantidad y bajo suelos degradados, Energía: 11%
reservas de Petróleo 15% de la producción mundial del crudo, 6% de las reservas
de Gas y el 20% del potencial mundial de recursos hidroenergeticos, Agua: 20%
del agua dulce del planeta el Acuífero Guaraní es el tercero del mundo y
Biodiversidad: el Pantanal de Matto Grosso es la mayor extensión húmeda del
planeta y la mayor reserva de biodiversidad del planeta, en Argentina la mayor
biodiversidad están en las Yungas –Salta-Jujuy- y en la selva Misionera)
Tener presente el despliegue en la región del Continente
Suramericano de Bases Militares de USA que es la siguiente: Aruba Base Reina
Beatriz; Curazao Base Hato Control de Venezuela, Colombia Bases aeronavales El
Arauca, Tres Esquinas; Larandia y Puerto Leguizamon todos estos dentro del
“Plan Colombia”, Ecuador Base Aeronaval de Manta, Perú Base Fluviales Iquitos y
Nanay, Paraguay Base mariscal Estigarribia y por ultimo la Base de su socio
Estratégico El Reino Unido de Gran Bretaña con su Base Militar Malvinas. Como
podemos apreciar los Recursos Naturales están bien rodeados y controlados y no
estamos hablando de teorías conspirativas sino de realidades concretas
verificables como son Los Recurso Naturales de Suramérica y el despliegue de
Bases Militares
Por ello, En suma, la experiencia comparada mundial evidencia que
el desarrollo (y no el mero crecimiento económico) de un país es más exitoso
cuanto mayor es el compromiso por parte de todos los actores (políticos,
económicos, sociales) en impulsarlo con una visión estratégica consensuada de
mediano y largo plazo. De ahí la importancia de comprender que su construcción,
lejos de ser la tarea de un solo hombre, de un solo partido o de un solo
sector, debe verse como el compromiso de toda la sociedad expresado a través de
sus diversos actores, sectores e instituciones. Sólo así, tal compromiso será
exitoso y sostenible en el largo plazo.
En este marco y teniendo en cuenta los nuevos “Espacios
Continentales Económicos” considero que dado la actual Globalización, nuestro
pensamiento Estratégico y Geopolítico debe estar direccionado a alcanzar el
nivel de resistencia y que nos permita
Ser con autodeterminación interna. Debemos trabajar la idea de la
profundización de nuestros acuerdos regionales, por encima de quienes
momentáneamente conduzcan los destinos de cada Estado del Continente y si
desarrollar al máximo nuestras potencialidades porque; si hay un nuevo
multilateralismo, la formación de un sistema Suramericano de cooperación basado
en el núcleo duro del MERCOSUR (Argentina, Brasil y sus socios Uruguay y
Paraguay y Venezuela, desde la construcción del MERCOSUR, tienen observables
condiciones para subir del nivel de dependencia al de resistencia... siempre
que se hagan las cosas apropiadamente. Es una oportunidad única que todavía nos
ofrece la historia), nos permitirá un nivel de interlocución internacional muy
importante con un “Espacio Continental Económico” Propio. Y así realmente poder
disponer de los recursos que a corto tiempo nos serán demandados.
Lic. Carlos A. Pereyra
Mele
Politólogo y Especialista en Geopolítica Suramericana del CEES
Córdoba, 28 de septiembre de 2006.
Politólogo y Especialista en Geopolítica Suramericana del CEES
Córdoba, 28 de septiembre de 2006.
Las guerras por el control de los recursos
naturales
|
Escrito por Mabel
González Bustelo
|
sábado, 20 de septiembre de
|
(*) Por Mabel G. Bustelo - Safe Democracy Found.
La
abundancia de recursos naturales ha contribuido a alimentar conflictos armados
en un buen número de países en desarrollo.
Se trata principalmente de recursos
minerales como el petróleo, los diamantes y otras piedras preciosas, pero no
solamente: la lista incluye las maderas nobles, productos agrícolas como el
cacao y drogas ilícitas como la cocaína y el opio.
Desde Angola y la República Democrática del Congo (RDC) a Camboya, pasando
por Afganistán o Colombia, un buen número de países han sufrido y sufren
conflictos relacionados con el control de los recursos.
Aunque
en algunos casos muy graves estos conflictos finalizaron, otros siguen en
marcha y muchos más pueden surgir en el futuro si no se abordan de forma
eficaz.
La explotación de los recursos es uno
de los factores que explican por qué las guerras contemporáneas tienen un 90
por ciento de víctimas civiles.
Si el objetivo son los recursos, ganar los
corazones y las mentes pasa a un lugar secundario. Más aún, para establecer y
mantener el control sobre esos recursos es necesario el sometimiento de la
población que vive en la región, o bien usar el terror para expulsarla.
El reclutamiento forzoso de niños soldados
se inscribe en esta lógica de terror, así como las mutilaciones y los actos
de intimidación.
Son
varias las formas en que los recursos y los conflictos se interrelacionan.
En
algunos casos, contribuyeron a financiar y prolongar guerras que se habían
iniciado por otros factores (como confrontaciones ideológicas o demandas de
regiones o grupos que se consideraban abandonados por el Estado).
Tras
el fin de la Guerra Fría, el apoyo de las dos superpotencias a sus aliados en
el Tercer Mundo disminuyó o desapareció, al quedar superada la confrontación
bipolar.
Los
bandos en lucha se vieron así obligados a financiar la contienda con recursos
locales, lo que incluye prácticas delictivas como el saqueo a la población
civil o los secuestros, la apropiación indebida de ayuda humanitaria, el
tráfico de drogas, y la extracción y venta de recursos naturales.
En Angola, los dos bandos se financiaron
respectivamente con el petróleo y los diamantes. Paradójicamente, en
Mozambique, un país vecino con una guerra gemela y que no disponía de estos recursos,
fue más fácil la consolidación de la paz cuando cesaron los apoyos externos.
Explotación y víctimas civiles
Otros conflictos tienen una relación incluso más directa con
los recursos. Ciertos grupos alegan exclusión política o negación de derechos
para iniciar la lucha, aunque en realidad pretenden lograr el control de
ciertos recursos naturales (a menudo, la única fuente posible de ingresos en
sociedades como muy escaso desarrollo económico). El objetivo de tomar el
poder es, en estos casos, secundario o inexistente, ya que el fin principal
es mantener el control de esos recursos. Un ejemplo de este tipo de conflicto
fue el de Sierra Leona.
La tercera forma en que se relacionan ambas variables tiene
que ver con las consecuencias de la extracción comercial de recursos. A
menudo los beneficios derivados de la misma van a parar a las manos de una
pequeña elite que controla el poder y que los usa para su provecho personal y
no para el bienestar colectivo. Por el contrario, las poblaciones afectadas
sufren las consecuencias de esa extracción (deterioro del medio ambiente,
imposibilidad de continuar con las actividades tradicionales como caza o
pesca, expropiaciones de tierras…), pero no son consultadas ni reciben
compensación por ello. “En Sierra Leona, los diamantes fueron el detonante
del conflicto y sirvieron para sostenerlo durante años” Esto puede dar lugar
a conflictos, como ha ocurrido en Indonesia o en el delta del Níger.
La explotación de los recursos es uno de los factores que
explican por qué las guerras contemporáneas tienen un 90 por ciento de
víctimas civiles. Si el objetivo son los recursos, ganarlos corazones y las mentes pasa a un lugar secundario. Más aún,
para establecer y mantener el control sobre esos recursos es necesario el
sometimiento de la población que vive en la región, o bien usar el terror
para expulsarla. El reclutamiento forzoso de niños soldados se inscribe en
esta lógica de terror, así como las mutilaciones y los actos de intimidación.
Algunos casos
Los diamantes jugaron un papel central en algunos conflictos
de gran brutalidad, como Angola o Sierra Leona. En Angola, se calcula que los
rebeldes de UNITA obtuvieron unos ingresos en torno a
4.000 millones de euros entre 1992 y 1998 con la venta ilegal de estas
piedras preciosas.
En Sierra Leona, fueron el detonante del conflicto y sirvieron
para sostenerlo durante años. En Liberia, el señor
de la guerra Charles Taylor (hoy procesado por crímenes de guerra
en el tribunal especial para Sierra Leona) utilizó las maderas nobles y diamantes
procedentes de Sierra Leona para financiar su guerra, que provocó una cifra
de 250.000 muertos. Lo mismo siguió haciendo después de su elección como
presidente en 1997.
Y en Camboya, los jemeres rojos y otras facciones armadas
financiaron su rebelión con recursos procedentes de la venta ilegal de madera
y piedras preciosas.
La guerra de la República Democrática del Congo (RDC), y la
violencia que aún hoy continúa activa en el este del país, se explican en
gran parte por la disputa entre actores internos y externos por controlar la
inmensa riqueza de esta zona en recursos minerales: oro, diamantes, coltán,
casiterita, cobre, cobalto, madera… Quien controla a las milicias que a su
vez controlan las minas obtiene grandes beneficios por la venta de estos recursos,
y esto incluye a sectores políticos ligados a los Gobiernos de la propia RDC
y otros como Uganda y Ruanda. Eso explica también las dificultades para
avanzar en los programas de desmilitarización, y de desarme y reinserción de
ex combatientes.
El petróleo está en muchas ocasiones asociado a la corrupción
y permite que los Gobiernos obtengan ingresos importantes sin necesitar el
apoyo de la población ni un sistema eficaz de recaudación de impuestos. A
menudo este dinero, y las comisiones y sobornos que pagan las industrias
extractivas, también contribuyen a financiar la violencia. China compra en
torno a dos terceras partes de las exportaciones de petróleo de Sudán, y es
la principal proveedora de armas al Gobierno sudanés a pesar de su
responsabilidad en el conflicto y la crisis humanitaria de Darfur.
Costa de Marfil
Este país era considerado el milagro africano por su estabilidad política y
económica, a pesar de estar rodeado de países en conflicto. Pero en 2002 un
motín dentro de las Fuerzas Armadas escaló hasta convertirse en una rebelión
a gran escala. Después de varios acuerdos de paz fallidos, el país quedó
dividido en una zona norte controlada por los rebeldes y el sur controlado
por el Gobierno, separados por tropas de mantenimiento de la paz de la ONU y
efectivos franceses.
Los recursos han jugado un papel clave en este conflicto. Las
fuerzas rebeldes explotaban las minas de diamantes, cuyo producto enviaban al
mercado internacional a través de Guinea y Mali, y recaudaban fondos procedentes
de los cultivos de cacao y algodón. Algo similar ocurrió en las áreas
controladas por el Gobierno. Costa de Marfil exporta el 40 por ciento del
cacao mundial y la mayoría de las plantaciones están en el sur. La ONU estimó
que al menos el 20 por ciento del gasto militar del Gobierno estaba
financiado por la industria del cacao.
El cacao está también en el origen del conflicto. Su
producción se basó en la disponibilidad de mano de obra barata y de bosques
vírgenes, y se incentivaba la llegada de trabajadores de países vecinos para
cultivarlo. El lema era la tierra es de quien la trabaja. El
método funcionó hasta que comenzaron a agotarse las zonas de bosques vírgenes
y hasta que el desplome del precio mundial del café generó una importante
crisis económica. En ese momento, la competencia por el acceso a la tierra
–hasta entonces abundante– exacerbó las tensiones étnicas y económicas y
finalmente llevó al conflicto.
Actualmente el país vive un difícil proceso de paz pero hay
algunos avances positivos. El primero, que el Gobierno ha decidido publicar
los ingresos estatales por el cacao, como primera medida para atajar la
corrupción. El fiscal general, por su parte, ha procesado a miembros de las
empresas del sector (estatales y semi-estatales) que desviaban fondos para el
gasto militar. Los progresos son, sin embargo, frágiles.
La comunidad internacional cada vez más activa
La comunidad internacional ha sido cada vez más activa a la
hora de reconocer este papel de los recursos en el inicio, intensidad y
duración de los conflictos y, en ocasiones, ha calificado el fenómeno de
amenaza para la paz y la seguridad internacional. A la vez, las graves
violaciones de los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario
(DIH) que se producen en estos contextos han sido uno de los factores detrás
del desarrollo del concepto de la responsabilidad de proteger: es decir,
que existe un deber de proteger a los civiles en estos contextos cuando sus
propios Estados no quieren o no pueden hacerlo.
En el marco de estos conflictos una cuestión clave es el
acceso de esos recursos a los mercados internacionales, y el hecho de que en
muchas ocasiones los beneficios obtenidos sirven para comprar armas con las
que continuar la guerra. La ONU ha estudiado estas situaciones caso por caso
y ha ido estableciendo embargos sobre diamantes, petróleo, armas, etc. Estos
embargos han tenido resultados desiguales. Pero la mayor conciencia sobre los
efectos de estos conflictos también ha llevado a que, desde ámbitos
gubernamentales y no gubernamentales, se hayan puesto en marcha distintas
iniciativas para impedir o regular el comercio de estos recursos. Un ejemplo
es el Proceso Kimberley para regular el comercio de
diamantes o la iniciativa Publish What You Payque persigue la
transparencia de las empresas extractivas (tales iniciativas y resultados
serán abordados en un siguiente análisis). Aparte de la ONU, otras
instituciones, como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo o
incluso el G-8, se han ocupado de los conflictos por recursos. Sin embargo
queda mucho por hacer. Entre otras cuestiones, no se ha logrado una
definición derecursos del conflicto que permita una aproximación más
coherente y sistemática a estos contextos.
(*) La autora esperiodista y analista de
temas internacionales. Profesora de varios posgrados en universidades
españolas. Actualmente es responsable de la campaña de desarme de
Greenpeace.-
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