Los
árboles de nuestras ciudades son un valioso recurso ambiental que nos aporta un
sinfín de ventajas y beneficios. Ya sea en forma de pequeñas arboledas, en
parques, jardines o bordeando las calles, los árboles ayudan a purificar el
aire, a reducir el ruido, el consumo energético, a mejorar el paisaje urbano y
la calidad de vida de sus habitantes.
Como elementos
clave,son parte de un mobiliario urbano vivo que hemos de preservar y reivindicar. Y,
por supuesto, por mucho que embellezcan el entorno, son mucho más que un simple
elemento decorativo, pues en ellos encontramos un aliado insustituible para
poder sobrevivir día a día en la jungla de asfalto.
Cuidar de
nuestra salud es uno de los principales beneficios que nos reportan los árboles
en la ciudad. Por un lado, producen oxígeno y reducen la contaminación al
absorber el CO2, con lo que también nos ayudan a combatir el cambio climático.
Además de
ser sumideros de carbono, sus hojas atrapan partículas tóxicas suspendidas en
el aire. Para que tengamos una idea de su capacidad limpiadora, un sólo árbol
puede absorber en un día los contaminantes emitidos por un centenar de coches.
Sus
efectos positivos en nuestra salud también incluye su potencial para reducir la
polución acústica, así como el efecto atemperador de la temperatura gracias a
la emisión de vapor de agua y, en el estío, al efecto refrescante que obtenemos
bajo su fresco follaje. A su vez, regulan el clima a su alrededor, con lo que
nos ayudan a soportar el frío y el calor tanto dentro como fuera de casa.
La
calidad del aire que proporcionan los árboles se traduce en un hábitat más
saludable, donde es más fácil aliviar las presiones del día a día y mejorar la
capacidad de concentración y el estrés.
Acudir a una zona verde es como introducirse en una burbuja de bienestar a nivel físico y mental, pero nó sólo eso, porque además de las arboledas o áreas ajardinadas, los árboles plantados en hilera o en el borde de las carreteras ayudan a sentirse mejor al viandante y al conductor a concentrarse
Poder ver árboles desde una ventana o desde el balcón también ayuda a sentirse en un entorno más habitable.
El paisaje urbano influye a todos los niveles, desde casa, desde la oficina o en cualquier otro sitio, como pueda ser la habitación de un hospital.
De
acuerdo con un estudio que se centró en el entorno hospitalario, los pacientes
ingresados con vistas a los árboles desde su cama suelen pasar de media menos
tiempo en el hospital que aquellos sin vistas.
Según han encontrado varios estudios, los árboles pueden ayudar a combatir el crimen, pues mejora la convivencia y, de este modo, el comportamiento violento de forma indirecta.
Algunas
investigaciones de especialistas concluyen que los paisajes urbanos verdes
ayudan a controlar tanto la sensación de miedo como de violencia y,
curiosamente, encuentran que los barrios con más zonas verdes tienen menores
tasas de delincuencia.
El simple hecho de estar plantados también es una ventaja a la hora de drenar las aguas cuando hay lluvias o para minimizar la misma erosión del suelo, pues previenen la escorrentía.
De este modo, ahorramos en sistemas de drenaje, en labores para el mantenimiento del paisaje y hacen más eficiente el alcantarillado de las ciudades.
Los árboles son una de las formas de vida más comunes y enigmáticas de la Tierra,tal vez por eso, por su importancia y porque nos parecen algo cotidiano y común, es que a veces nos cuesta ponderar su importancia para el ambiente y el entorno.
El efecto para el ambiente de un sólo árbol (digamos, un árbol joven y saludable) es equivalente a diez máquinas de aire acondicionado encendidas durante 20 horas al día. De modo más simple: un árbol hace para el ambiente el trabajo que 10 máquinas de aire acondicionado para un edificio.
De modo más simple: un árbol hace para el ambiente el trabajo que 10 máquinas de aire acondicionado para un edificio.
Plantar un árbol en el lado oeste de tu casa resultará en un ahorro energético del 3% en los próximos 5 años, y de 12% durante los siguientes 15 años, por el mencionado ahorro en las cuentas de aire acondicionado.
Un grupo de árboles puede reducir la contaminación por partículas entre 9 y 13%; en el área ocupada por un grupo de árboles, la contaminación del suelo es entre 27 y 42% menor que en un área abierta y sin árboles.
Si el argumento ecológico no te convence de plantar árboles, tal vez el argumento inmobiliario lo haga: los árboles dentro de una propiedad pueden sumar entre 10 y 23% del valor de una casa.
Ayer, en nuestras ciudades, la realidad del árbol estaba considerada como algo no prioritario. El árbol
representaba para muchos un obstáculo al desarrollo, a la construcción de edificios y carreteras, al paso de
los servicios públicos o a la realización de obras de urbanización e infraestructuras
Hoy, la situación está cambiando el interés de los ciudadanos por su entorno ha evolucionado favorablemente hacia la conservación de los árboles y de lo que queda del medio natural en la ciudad.
El árbol en la ciudad cobra, entonces, una nueva importancia que se traduce para los habitantes, en una voluntad de acción para mejorar necesariamente el medio en que viven.
El árbol es un recurso natural, esté aislado o en conjunto, ya que se trata de un bien patrimonial permanente
de interés colectivo y no renovable,o al menos, no con facilidad.
El árbol es un recurso vivo que necesita una planificación a corto y largo plazo con el fin de asegurar su
presencia, en cantidad y calidad con el objetivo de mejorar la calidad de vida ciudadana.
Los árboles cumplen unas funciones que son esenciales para la ciudad, forman parte de los elementos
indispensables para la existencia humana y son cada vez más escasos, por ello se han convertido en un recurso para la humanidad.
Las sociedades conforman el medio en que evolucionan y, hoy en día, no se puede imaginar el bienestar en un medio urbano sin árboles.
Pero como cualquier otro recurso, renovable o no,el árbol necesita una política de planificación
y gestión que se ocupe de la conservación y desarrollo global del mismo.
El arbolado desempeña un importante papel en la salud mental de los ciudadanos.
Los árboles permiten mantener en el interior de las ciudades,una cierta proporción de elementos naturales, indispensables para el equilibrio psíquico de las personas;al mismo tiempo que mejoran la estética del paisaje urbano, creando un contraste de color y de forma, en beneficio del entorno más próximo.
Los árboles de la ciudad crean un espacio más confortable para el peatón, estando por ello la gente más interesada en trasladarse a pie al ser las calles más agradables.
Del mismo modo, habría que destacar el importante papel que desempeñan los árboles en el ámbito educativo.Los árboles y la fauna que en ellos se cobija constituyen, para algunos niños, casi la única expresión de ecosistema urbano, no se limita ni a las características físicas del medio ni a su impacto sobre el hombre; ella también se hace sentir sobre los seres vivientes de la ciudad; insectos, pájaros y pequeños
mamíferos.
En la ciudad, los árboles son la estancia de una intensa actividad de aves. El número de especies de pájaros varía en función de la diversidad arbórea del medio.
En las proximidades de los árboles los días son menos calurosos y las noches menos frías ya qué ayudan a
reducir las diferencias entre temperaturas nocturnas y diurnas.
El fenómeno, por el cual las ciudades son más cálidas que el campo circundante, se conoce como "isla
de calor urbano" y se basa tanto en la liberación de calor por fachadas y pavimentos, como por las fuentes
de calor originadas por la actividad humana al emitir gases a la atmósfera.
Nunca nos olvidemos que una sociedad educada es garantía para tener un vinculo más estrecho con el resto de los componentes que habitan en nuestro hermoso planeta.
La copa de un árbol es flexible y está diseñada para atrapar la lluvia, causando que ésta se deslice a través de las hojas, ramas y el tronco hasta llegar al suelo.
La copa de un árbol está diseñada para captar la luz solar y al extenderse sombrea el piso, causando bienestar en un día soleado y protegiendo la fauna, la flora inferior y al hombre y sus bienes, del efecto dañino del impacto directo de los rayos solares.
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A nivel global los bosques
reducen el calentamiento de la atmósfera y regulan el clima de la
tierra. En las ciudades, la pérdida de árboles eleva las temperaturas y
la evaporación del suelo . Es cierto que no detienen un huracán, pero su presencia resta velocidad a las tormentas, disipando su fuerza y mejorando el ambiente.
La copa del árbol está diseñada para que el aire pase a través de las hojas, filtrando los polvos, cenizas, humos, esporas, polen y demás impurezas que arrastra el viento. Las hojas pubescentes y la corteza rugosa en el tallo atrapa tales impurezas.
El árbol secuestra el bióxido de carbono que contamina la atmósfera.
A través de la fotosíntesis que realizan las hojas, el árbol atrapa el CO2 de la atmósfera y lo convierte en oxígeno puro, enriqueciendo y limpiando el aire que respiramos.
Se estima que una hectárea con árboles sanos y vigorosos produce suficiente oxígeno para 40 habitantes de la ciudad.
Un bosque de una hectárea consume en un año todo el CO2 que genera la carburación de un coche en ese mismo período.
Los árboles combaten el ruido.El tejido vegetal amortigua el impacto de las ondas sonoras, reduciendo los niveles de ruidos en calles, parques y zonas industriales. .
También en las ciudades el arbolado deberá ser autóctono o nativo para poder generar la mayor biodiversidad.
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