viernes, 12 de octubre de 2018

VENEZUELA ENVENENADA POR ALIMENTOS TRANSGÉNICOS.



Venezolanos consumen transgénicos a pesar de las prohibiciones
19 nov, 2014 Crédito de imágenes: Corbis

Mientras en la Asamblea Nacional y en los espacios que desarrollan investigaciones y labores agrícolas del país se lleva a cabo el debate sobre las consecuencias del posible uso de transgénicos en la producción de alimentos nacionales, científicos aseguran que el consumo de especies genéticamente modificadas es ya una realidad en las mesas de los venezolanos.
Los investigadores Luis Díaz e Iván Galindo, miembros de la Oficina Nacional de Diversidad Biológica del Ministerio del Ambiente, y de la dirección de Agricultura y Soberanía Alimentaria del Instituto de Estudios Avanzados, respectivamente, publicaron los resultados de una investigación en la que identifican “el primer reporte en Venezuela del uso de semillas comerciales modificadas en cultivos de maíz”. El informe fue distribuido en la última entrega de la Revista de la Facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y se encuentra disponible en su página web.
De acuerdo a lo planteado por los científicos, con una muestra de 70% de las semillas de maíz mercadeadas durante 2011, “se obtuvo que de doce materiales comerciales de maíz evaluados, uno es un organismo vivo modificado (OVM), lo que quiere decir que en Venezuela ya se están comercializando”.
Cuatro leyes y una ley orgánica creadas en los últimos quince años insisten en la prohibición de que en el país se produzcan y siembren semillas y alimentos transgénicos. Sin embargo, en un encuentro celebrado este jueves en la Facultad de Ciencias de la UCV, los expertos señalaron que, si bien las normativas lograron que los productos con estas características no tengan origen nacional, las importaciones de materia prima y de alimentos terminados se han convertido en la puerta de entrada de los OMG.
En el marco de este foro, Alejandro Pieters, investigador de productividad y rendimiento de arroz en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), le declaró a Globovisión.com que dos de los países a los que Venezuela les compra buena parte de los alimentos que requiere tienen trayectoria en el cultivo de varios de los 14 rubros modificados Geneticamente en el mundo.

En efecto, el informe 2013 del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-biotecnológicas ubica a Brasil y Argentina en el segundo y tercer lugar de países con mayor cantidad de hectáreas de siembra de transgénicos, con 40,3 millones y 24,4, respectivamente. El primer lugar lo ocupa Estados Unidos, con 70,1 millones de hectáreas.
Antonio Pestana, presidente de Fedeagro, aseguró que “buena parte del maíz que termina siendo usado para las arepas y alrededor de 80% del aceite de soya que se consume en Venezuela fueron desarrollados a partir de productos de origen transgénico”. Además, se sugirió que carnes de pollos o reses importadas desde estos países pudieron estar expuestas a los transgénicos por la forma en la que fueron alimentados.
Sin estudio en las aduanas
El presidente de la Asociación de Productores de Semillas Certificadas de los Llanos Occidentales, Fuaz Kassen, declaró que “a los cereales y leguminosas ni a las semillas de verduras, hortalizas y frutas que entran por los puertos no se les realizan estudios genéticos para determinar si tienen origen orgánico o transgénico”.
El arroz, la caña de azúcar y una pequeña parte del maíz, son los únicos rubros en los cuales Venezuela es capaz de abastecerse con su propia producción de semillas. “En el resto, la mayor parte es importada, aunque eso no quiere decir que sea transgénica”, indicó Kassen.En esta declaración cabe la percepción de la duda.
Lucha en Ley
En medio de este panorama, fue aprobado en octubre en primera discusión el proyecto de una nueva Ley de Semilla, concebida en el seno la Asamblea Nacional con apoyo de comunidades organizadas.
A través de un comunicado, la ONG Venezuela Libre de Transgénicos, aseguró que esta Ley promueve el desarrollo de un sistema de producción de semillas contrario al uso de transgénicos y a la imposición de patentes de las grandes trasnacionales “haciendo especial énfasis en la valoración de la semilla originaria y campesina”.
Quienes la aplauden, como el diputado José Ureña (quien la impulsó en la AN y representa a Guárico) celebran que favorezca la producción nacional de semillas en miras a una posible y más sana independencia alimentaria. En cambio, sus detractores distinguen que el aumento de productividad generado por los transgénicos favorece a la reducción del precio de los alimentos y aumenta la capacidad de surtir a los comunidades.




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