23 de diciembre de 2008
"Soy un mártir", dice el asesino de Chico Mendes
Terra Magazine
"Él (Chico Mendes) sufrió y murió. No sé cómo está él. No
sé si está en el cielo, adónde está. Yo sigo sufriendo hasta hoy", dice
Darly Alves da Silva, condenado por el asesinato del siringuero Chico
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La lluvia fina del
invierno amazónico caía al mediodía del miércoles sobre la hacienda Paraná, en
la BR-317, en Xapuri (AC). De lo alto de su caballo, un mensajero avisa que
Darly Alves da Silva, 73, condenado a 19 años de prisión como mandante del
asesinato del líder sindical y ecologista Chico Mendes, acepta atender al Terra Magazine.
Media hora después, surge en la línea del
horizonte el bulto del hombre que ya fue el fugitivo de la Justicia más buscado
del país. Él camina con un paraguas negro en la mano. El cielo está nublado y
la lluvia fina le da un aire lúgubre al bulto delgado que se acerca a la casa.
Sus pasos son acompasados y firmes sobre el
trecho húmedo del verde pasto de una de sus tres haciendas. Ellas totalizan un
poco más que 3.000
hectáreas . Usando su indefectible gorra, camisa azul
rota en la espalda y un pantalón con el cierre dañado, Darly Alves da Silva
abre el portón de la valla que impide el acceso de los bueyes al patio de la
casa.
Saluda a los presentes con un "buenas
tardes" y sube firme la escalera de tres peldaños. En el balcón, más
protegido de la lluvia, retira de adentro de la camisa una bolsa plástica que
contiene la Biblia Sagrada.
- Esta es mi arma - avisa.
Pero el viejo hacendado todavía parece
apartadizo, como si no estuviera dentro de su propia casa. Se sienta en el
banco de madera y luego avisa que no dará entrevista.
Retira del bolsillo de la camisa la tarjeta de
presidiario, donde consta un apunte en las primeras páginas: "Término probable
de la condenación: 22 de julio de 2015″.
Contesta de modo gentil a preguntas banales
durante más de tres horas de charla sobre Acre, Chico Mendes, familia, religión
e, incluso, sobre otros implicados en el complot que resultó en el asesinato
del hombre más famoso de Acre.
Cuando la
"fiera" aparenta estar más relajada y hablando más, coloco la mano en
el bolsillo derecho de mi impermeable. Busco el minigrabador, pero la operación
se torna un desastre: aprieto la tecla play en
vez de rec.
Y el audio de una grabación me denuncia.
- Usted está grabando. Le avisé que no quiero
entrevista - dice con firmeza, mientras intento disculparme diciéndole que tan
sólo buscaba un encendedor.
Más adelante, cuando Darly Alves da Silva parece
más relajado todavía, le pido permiso para hacerle una pregunta incómoda. Él me
autoriza.
- ¿Qué haría usted si pudiera volver 20 años en
el tiempo?
- Aguas pasadas no mueven molinos - contesta de
forma seca.
Y necesitaba más tiempo para cambiar el rumbo de
la prosa y para que el dueño de la casa estuviera otra vez a gusto. Le pregunto
por el libro que Darly tiene intención de publicar, en el caso de que encuentre
a alguien dispuesto a escribir su biografía. Darly vuelve a motivarse.
- Tengo ese sueño, sí. Necesito ganar más
dinero. Yo creo que mi historia le va a interesar mucho al extranjero.
Darly también se entusiasma cuando habla de su
nueva arma, la Biblia Sagrada. Él todavía no fue bautizado por el fuego, pero
está dispuesto a tratar eso luego. Quiere cumplir la prisión domiciliar,
obtener la libertad condicional e irse a vivir para siempre en Brasilia. Le
gustó el lugar después del tiempo en el que estuvo en la cárcel de Papuda.
- Yo quiero mi salvación. En Brasilia, puedo
frecuentar todos los días la iglesia "Dios es misterio". Es
pentecostal. El pastor de allá era de "Dios es Amor" - explica.
En noviembre, un hijo de Darly, de 18 años, mató
a la mujer más joven de su padre dentro de la hacienda Paraná. Mientras ella
reposaba en una red en el balcón de la casa, el joven se acercó y le disparó un
tiro de espingarda en la nuca.
- No lo perdono de manera alguna. Si yo no
estuviera con la mano sobre la Biblia Sagrada, yo mismo mataría aquel cobarde.
Lo que él hizo fue una cobardía muy grande. Por ese crimen, hay días en los que
me arrodillo y grito, implorando justicia a Dios - relata el hacendado con la
voz embargada.
Suena el móvil. Del otro lado de la línea,
Elenira Mendes reclama que pasé en Xapuri y no la busqué. Prometo volver más
tarde. Ella quiere saber dónde estoy. Al contestarle que estoy entrevistando a
Darly, la hija de Chico Mendes, que tenía cuatro años cuando vio al padre morir
intentando decirle algo, sugiere:
- Darci (hijo de Darly, condenado a 19 años de
prisión como autor del tiro que mató a Chico Mendes) prometió que iba a revelar
los nombres de los demás mandantes cuando el crimen completara 20 años.
Pregúntale al señor Darly quiénes eran los demás mandantes.
Darci, hijo de Darly, que disparó el tiro que
mató a Chico Mendes, prometió revelar el nombre de los demás mandantes del
asesinato 20 años después del crimen. Le pido, una vez más, permiso para
hacerle una pregunta incómoda. Darly acepta y contesta:
- No recuerdo si Darci prometió eso. Yo le
pregunté muchas veces lo mismo, pero él siempre se calló. Yo le decía que
podría beneficiarse si él revelara quién mandó matar a Chico Mendes, pero nada.
Lo que puedo decir es que nunca le pagué abogado a Darci.
Después de tres horas de insistencia,
finalmente, Darly resuelve contestar algunas preguntas:
Le pregunté antes qué haría si
pudiera volver en el tiempo. Me pareció que no le gustó la pregunta y me
contestó que aguas pasadas no mueven molinos.
En mi entender, todo lo que se hace... Vamos a
suponer que yo supiera que iba a suceder eso, que yo cayera en eso, que yo piense
que es, incluso, una misión¿ Es decir, si hace 20 años, yo me hubiese ido,
siendo que yo traje mucho dinero para Acre, en aquella época, y yo no podría
sacar ni 20% de mi dinero, pues las tierras aquí no valían nada. La tierra no
tenía valor. Entonces, si, en ese año, hace 20 años, no hubiese hecho a mi
familia sufrir. Yo serví de estopín de los demás. Yo quiero que no me haga más
preguntas porque no estoy preparado para contestarlas.
¿Qué siente usted cuando ve a
los hijos de Chico Mendes? Elenira ya dijo que no siente rencor. ¿Qué piensa
usted sobre eso?
Creo que ninguno de ellos siente rencor. Quiero
que ninguno de ellos lo sienta, como yo no siento. Le pido a Dios que los
proteja a todos del mal. Que ellos sigan sus carreras, que se diplomen. Es eso
lo que espero para su familia, para todos ellos. De mí no esperen el mal, ni de
mi familia. Ninguno de ellos.
¿Esos años de prisión le
trajeron mucho sufrimiento?
Un hombre acostumbrado a trabajar desde las
07:00 hasta las 19:00, progresando, verse "difamado" como bandido es
muy triste. Yo nunca fui bandido, gracias a Dios. Toda mi vida fui un hombre
honesto, trabajador, que cumplió sus deberes.
¿Qué piensa usted de nosotros,
que somos la prensa?
La prensa pronuncia lo que los demás dicen. Lo
único es que no se investiga, ¿no es verdad? En el caso de Genésio adolescente
que actuó como testigo de acusación de Darly y Darci, él no sabe nada de mi
vida. Genésio fue un perverso que inventó mentiras, no sé si combinado con la
propia prensa. Él mintió muchísimo. Habló sobre personas que habrían sido
muertas aquí y tiradas al dique. Todo es mentira.
¿Ve usted alguna mejora en Acre
resultante de la muerte de Chico Mendes?
La mejora de Acre, en mi entender, fue esa
Carretera del Pacífico, ¿no es verdad? La felicidad de Chico Mendes hizo con
que Acre creciera y la infelicidad de Darly. Él sufrió y murió. No sé cómo está
él. No sé si está en el cielo, adónde está. Yo sigo sufriendo hasta hoy, es
decir, para ayudar a los políticos, ayudar a Lula, a Jorge Viana. Ayudar a todos
ahí. La fuente de dinero fuimos Chico Mendes y yo. Chico Mendes fue un mártir y
yo también. Incluso mi familia está sufriendo más que la de Chico Mendes. Yo
quiero que ellos tengan más dinero. Lo que pasa es que si hubiera justicia en
aquella ocasión no hubiera sucedido eso. Busqué recurso, lo llamé para que
fuéramos amigos. Busqué autoridades para que charlaran con él y nadie me ayudó.
Le hicieron mal a él y me pusieron como instrumento.
¿No es usted el instrumento?
El instrumento que hizo ese mal, no. No, no
mandé matarlo.
¿No lo mandó matar usted?
Confirmo que no mandé matarlo. Ya dije muchas
veces que yo no tenía muchas razones para no querer que él muriera, pues yo
estaba negociando mis tierras en Brasilia y mi abogado me recomendó que no
dejara que nadie lo matara.
¿Dice usted también que no
mandó que su hijo matara a su mujer?
Por Dios. Yo quiero justicia.
¿No perdona usted a su hijo?
Eso el tiempo lo decidirá. Pero quién podrá
perdonarlo es Dios. Yo, no.
Las opiniones expresadas aquí son de exclusiva
responsabilidad del autor y no necesariamente están de acuerdo con los
criterios editoriales de Terra Magazine.
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